Un pequeño aeródromo para alas muy serias

El ruido de los motores se escucha a varios cientos de metros. Basta echar la vista hacia arriba para contemplarlos. El club El Ferre, que cuenta con 80 asociados, inauguró ayer en Cenero la primera pista para aviones de aeromodelismo de Gijón. "Llevábamos detrás de este proyecto desde 2011. Poco a poco fuimos convirtiendo una cantera en un campo para estas aeronaves. Era una asignatura pendiente para este deporte", explicó su presidente, Gerardo Alonso.

Hasta ahora tenían que andar "de prestado" por otros lugares como el cabo Peñas y el dique Torres, donde aprovechaban y aprovechan las corrientes de aire procedentes de la mar para hacer volar sus bólidos, además de otras localidades como Ribadeo y Chozas de Abajo -en León-. "Hemos hecho exhibiciones con motivo del Festival Aéreo en el Tragamón y exposiciones en la Colegiata", añadió Alonso. Pero eso es todo. No contaban con un lugar propio, en el que disfrutar con sus muy realistas maquetas. Ya lo tienen.

El reto ahora pasa por enganchar a los niños y jóvenes a este deporte. "Son los pilotos del futuro", subrayó el presidente de El Ferre, que se mostró entusiasmado con la idea de promocionar este aeropuerto a escala fuera de la región. "Tenemos que empezar a movernos en otras comunidades para organizar concentraciones y atraer a gente", señaló. A ello habría que añadir la posibilidad de crear una escuela de vuelo de maquetas. "Aún estamos un poco limitados porque necesitaríamos un local en el que desarrollar la actividad. Hace muchos años ya hubo una y serviría para iniciar a los más pequeños", explicó Alonso.

Para quien tenga curiosidad o quiera matar el gusanillo del aeromodelismo, la realidad dice que hay maquetas para todos los públicos -expertos o principiantes- y bolsillos. "Por 100 euros ya estás volando. A partir de ahí, lo que quieras. Lo importante es tener en cuenta cuánto tiempo vas a dedicar a esto", indicó el responsable de El Ferre. Y es que, aclaró, la inversión que más dinero debería llevarse es la emisora. Es decir, los mandos de la nave.

Una buena emisora puede superar fácilmente los 500 euros y sirve para manejar, además de aviones, barcos, coches y otras réplicas que poco a poco han ido copando el sector del modelismo.

Para poder volar en este campo es obligatorio hacerse socio de El Ferre, cuyo nombre hace mención "al clásico aguilucho asturiano que sobrevuela las granjas" en busca de alimentos. La idea es que todos los asociados dispongan de una llave para poder acceder a la pista siempre que así lo deseen. Los fines de semana son los días en los que está prevista una mayor afluencia de usuarios, aunque eso no supondrá ningún problema ya que, siempre que sea fuera de exhibiciones, pueden planear varios aparatos a la vez. Todo un espectáculo, por cierto.